Iglesia Parroquial de San Ginés
Situada en la vía que va desde Beteta a Santa María del Val y dedicada a uno de los primeros mártires del cristianismo, San Ginés de Arlés, notario militar, bajo los emperadores romanos Maximiano y Diocleciano (siglo IV).
Iglesia parroquial de una sola nave, dividida en tres tramos por arcos fajones y pilastras de base cruciforme que sostienen los arcos formeros. La techumbre se cierra en bóveda de arista. Debió tener en su origen un alfarje, pues los muros actuales no soportan la estructura de la bóveda.
Al exterior, espadaña muy apuntada de piedra de toba, roca sedimentaria abundante en la zona y que da nombre a la población. La portada está compuesta por un arco de medio punto de rosca ancha con dovelas alargadas y arista normal, protegida por un porche a tres aguas apoyado en dos columnas.
En 1752 (ADCCE, Visita 10), la iglesia aparece como una ermita de Beteta. Hay que tener en cuenta que el Tobar, junto con Santa María del Val, Lagunaseca, Masegosa, Cueva del Hierro, Valtablado y Valsalobre; fue una de las aldeas que pertenecieron a Beteta. Por tanto, no pudieron construir, lógicamente, una iglesia mayor a la del pueblo referencial.
Es interesante la inscripción recientemente aparecida en dos de los clavos de la puerta de acceso al templo, donde se puede leer, repartido en los cuarterones de dos clavos, lo siguiente: clavo 1: “Jn-Lo-pez “, clavo 2: “me-fe-cit-AÑO-158Z”. “Jn López me fecit, AÑO 1582”, es decir: Juan López me hizo, Año 1582. Y si la puerta es lo último que se pone en un edifico, no podemos decir que no fuese anterior a esta fecha. Otra cosa es en el estado de conservación que nos haya llegado y sus sucesivas reformas.
En su interior se encuentra la imagen de la Virgen del Socorro, patrona de El Tobar, cuya fiesta se celebra cada 24 de septiembre. Cuenta la leyenda popular que un pastor de El Tobar encontró una imagen de la Virgen María dentro de una piedra de toba, junto al nacimiento de la fuente del Socorro. Así lo atestigua la coplilla popular local:
“Virgen Santa del Socorro,
¿dónde estabas escondida?
En las fuentes del Socorro,
en una toba metida”.