Gastronomía y tradiciones

Gastronomía

Uno de los grandes atractivos que ofrece Beteta es su gastronomía, que tiene su base en la historia y en su peculiar situación geográfica. La cocina tradicional está íntimamente relacionada con los ciclos estacionales y festivos, así como con las materias primas básicas de la tierra. Son típicos los productos de matanza, la caldereta de cordero, zarajos o el típico morteruelo, especie de pate elaborado con carne de caza. No podemos dejar de probar los Artatunos, especie de tortilla elaborada con patata y pan, que surge como una forma de conseguir platos diferentes con los mismos ingredientes de siempre. 

Otros productos están ligados a festividades o celebraciones religiosas como la garbanzada o potaje de Semana Santa, elaborado con garbanzos, bacalao y espinacas, se elabora como plato típico de Viernes Santo. 

Por último, hay que destacar un licor elaborado con anís, café y cascara de naranja-Chapurrao, que se tomaba el día de la matanza, pero también en otras comidas populares como en la romería de la Virgen de la Rosa, junto con los tradicionales rosquillos de sartén. 

Tradiciones

Cuatro son las festividades que se celebran con intensidad en Beteta:

Fiesta de los Mayos

La primera, y quizá la mas tradicional, es la Fiesta de los Mayos, que se celebra con el arraigado canto del Mayo a la Virgen de la Rosa el día 30 de mayo y romería a su ermita al día siguiente.

Fiestas patronales en honor a San Ginés en la pedanía de El Tobar

En agosto se celebran las fiestas patronales en honor a San Ginés en la pedanía de El Tobar, donde se reparte caridad entre los vecinos.

Fiestas en honor a Nuestra Señora la Virgen de la Rosa

En septiembre se celebran las fiestas en honor a Nuestra Señora la Virgen de la Rosa, con su tradicional ofrenda a los niños

Otras fiestas

Otras fiestas siguen recorriendo el calendario a lo largo de todo el año, como la Caridad de San Antonio que se celebra el día 13 de junio con el reparto de caridad entre los vecinos.

La Hoguera de San Pedro es una celebración en el barrio homónimo, donde se enciende una hoguera en la plaza que antaño albergó una iglesia o ermita en honor al santo. 

La celebración de Todos los Santo es una costumbre local profundamente arraigada, que se remonta a las antiguas tradiciones celtas. Cada 1 de noviembre, los vecinos tallan y vacían calabazas, transformándolas en linternas que iluminan la subida del castillo. Esta práctica, de origen celta, simboliza la guía para los espíritus benignos y la protección contra los malignos. Además, se preparan gachas dulces, un postre típico elaborado con harina, azúcar y leche, que se comparte entre familiares y amigos, representando unión y tradición. 

Los bailes y danzas de Beteta y de toda su comarca se caracterizan por su gran parecido, rasgo que comparte con toda la serranía conquense, suelen ser idénticos o muy similares, las devociones religiosas se repiten y el folklore cantado es parecido. El tronco folklórico común es, sin ninguna duda, el castellano con multitud de influencias aragonesas debido a la proximidad espacial y las circunstancias históricas. 

Las Serranillas

Las Serranillas es uno de los temas más conocidos, esta danza es una versión de la clásica danza de cintas, extendida por todos los países de Europa en la que, a través de las diez cintas de raso coloreado que surgen de lo alto de un gran palo y de los cruces efectuados por los danzantes, el palo queda totalmente tapizado de seda. La danza implica este proceso por dos veces y su siguiente inversión, desnudando de nuevo la estaca. 

“El pollo y el milano”

Si hay una danza típica de Beteta esta es “El pollo y el milano”, popularmente conocida como “El pollo”. Esta danza descriptiva narra la historia de una gallina y de su depredador, un milano que la quiere dar caza. Esta historia que parece una común escena campestre de la Sierra esconde un trasfondo y origen político y militar.

Tras las abdicaciones de Bayona, las tropas de Napoleón invaden la Península en 1808, dando comienzo la Guerra de la Independencia Española, que se destacó por el surgimiento del fenómeno guerrillero que, junto con los ejércitos regulares aliados provocaron el desgaste progresivo de las fuerzas napoleónicas. Durante la guerra se hicieron comunes las coplas y cantos populares políticos y satíricos. Así aparecieron muchas canciones y bailes contra los franceses, como en Albalate de las Nogueras, Sotos, o Beteta. La melodía del pollo, con un marcado carácter de marcha pudo bien ser su origen una marcha militar francesa con la cual los beteteños ridiculizaban los ejércitos de Napoleón y el ansia que tenían de conquistar España. El pollo es una metáfora del pueblo español y el milano, el imperio francés invasor. Así la danza cobra un sentido político: durante todo el baile el pollo-España es acechado por el milano-Napoleón, que lo vigila, sobrevuela e intenta atrapar, pero el pollo-España lo burla y logra escapar finalmente. 

Otra canción típica la encontramos en El Borrego, con referencias a la vida de los pastores.