Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción
En la plaza más antigua de la villa se encuentra el templo parroquial. Es un edificio construido en piedra caliza, de estilo gótico y planta de tres naves. Dedicado al culto con título de Ntra. Sra. de la Asunción y funciones de parroquia, es decir, el lugar donde se reúne la comunidad cristiana local para las celebraciones cotidianas. Construido en el siglo XV sobre otro anterior, como bien se puede observar, o más probablemente como remodelación del anterior; pues todavía conserva del anterior románico el alero (ejemplos similares podemos ver en las provincias vecinas de Guadalajara y Soria) y las ventanas abocinadas de la primera altura del los paramentos exteriores. Podemos apreciar asimismo un avance de transición al renacimiento en todo el conjunto religioso, hasta llegar al plateresco donde se detiene. Es el edificio religioso más noble de la Serranía conquense.
Destacan en su interior:
- Su trazado en planta de tres naves, que en el gótico nos recuerda a las catedrales. Por ello, no es de extrañar que sea popularmente conocida como la catedral de la Sierra.
- La cubierta, cerrada en 12 bóvedas de nervadura que van desde las más simples del gótico clásico o tardo-románico hasta las más complejas que esbozan ya el renacimiento propio peninsular. También son de interés, en la cubierta, las claves que sujetan los nervios. En la parte central de la nave principal, en cada bóveda, preside la Cruz patriarcal o del Santo Sepulcro de Jerusalén, y en ambos lados de la misma bóveda las los escudos de los nobles que sufragaron las distintas partes del templo tallados en las claves. En las claves de la nave meridional, conforme avanzamos en el tiempo y en el estilo hacia el renacimiento, vemos esculpido en la piedra elementos de la naturaleza y rostros del ser humano (un hombre y una mujer), pues la preocupación del renacimiento era la del hombre, no tanto el linaje (los apellidos) como en la etapa anterior. El templo tiene 12 bóvedas, representado que la Iglesia está fundada sobre el testimonio de los 12 apóstoles.
- La pila bautismal, del siglo XVI de un clásico estilo renacentista, situada en el baptisterio, a los pies de la iglesia. La bóveda del baptisterio sería la número trece, que representa a Cristo, por ser el lugar dedicado a acristianar.
Escalera mudéjar, situada en el alto coro. No está completa debido a diversas intervenciones a lo largo del tiempo.
Lápidas funerarias. Son un total de cuatro lápidas de los sepulcros de las familias: Carrillo de Albornoz, Ariza, y otros sin identificar. - La imagen de la Virgen de la Rosa, patrona de la villa de Beteta, y en su día también de sus “siete aldeas”.
- El retablo mayor: de grandes dimensiones y estilo neogótico, tallado en madera de castaño, policromado y estofado en oro. Fue facturado en un taller junto a la catedral de Santiago de Compostela en los años 50 del siglo XX.
- Como patrimonio mueble desaparecido destacamos: el retablo mayor, comenzado en 1539 por Diego de Villadiego, y del que se conserva un dibujo. Y el lienzo con la imagen del Cristo de los Majuelos, de mucha devoción entre los pastores de la Sierra. Es obra de Juan Bautista Martínez del Mazo, nacido en Beteta en 1611, fue pintor de cámara de Felipe IV y yerno de Velázquez. Ambos fueron sustraídos del templo en 1936, pero no destruidos debido a su gran valor. En 1766 se propone la restauración del órgano de tubos por encontrarse en mal estado. En 1512, los pintores zaragozanos Antonio de Aniano y Martín Pérez de Novillos, que habían trabajado para la Seo de Zaragoza, se les encargan obras pictóricas para la iglesia.
Al exterior destaca la portada plateresca, en el muro meridional. Construida en el siglo XVI. Posible obra de Rodrigo Gil de Hontañon. Es una fachada retablo, clásica protegida por un arco escarzano en cuyo intradós se han tallado las caras de los apóstoles, mártires y algún que otro personaje bíblico, como el rey David. Es el ejemplo artístico-arquitectónico más elegante de la provincia en esta época.
También es de interés la torre campanario, levantada por encima de las casar para propagar el sonido de sus campanas, recordando a los fieles los horarios de las celebraciones cuando no había relojes. En el siglo XVIII llegó a albergar en la sala de campanas una campana de 73 arrobas y 19 libras (840 kg. Aprox.) y otra de 28 arrobas y 20 libras (323 kg. Aprox.) que daban las horas. La campana grande actual pesa 651 kg. La torre está formada por cuatro cuerpos. En el tercero, podemos observar unas interesantes ventanitas dobles abocinadas y rematadas en arcos conopiales, propios del estilo isabelino de la época.