En el centro primigenio de la localidad, en la actual plaza de la Iglesia, se encuentra el edificio religioso más destacado de toda la Serranía Conquense, conocido como la “Catedral de la Sierra”. Su construcción data del siglo XV y presenta un estilo gótico, con planta de tres naves. Fue erigido sobre otro edificio anterior, o más probablemente como una remodelación del mismo, ya que aún conserva del estilo románico anterior el alero y las ventanas abocinadas en la primera altura de los paramentos exteriores.
En el interior, sobresale la pila bautismal del siglo XVI, de un estilo renacentista clásico, situada en el baptisterio. En el altar mayor se halla el imponente retablo neogótico de madera policromada, tallado en los años 50 del siglo XX, que vino a sustituir el retablo plateresco, obra de Diego de Villadiego, desaparecido durante la Guerra Civil y del que se conserva un dibujo. A la derecha del altar mayor, se encuentra la capilla de la Virgen de la Rosa, patrona de Beteta, junto con una exposición de mantos que viste en función de la festividad del momento. También es de interés la escalera mudéjar, situada en lo alto del coro, y un conjunto de cuatro lápidas que marcan los sepulcros de las familias Carrillo de Albornoz, Ariza y otros sin identificar, entre las que podría hallarse la de un obispo de la catedral de Tui, fallecido mientras pasaba unos días en el Balneario de Solán de Cabras y enterrado en esta iglesia.