Entorno natural

Beteta, destaca por su geomorfología kárstica, con simas, cuevas, cascadas tobáceas y hoces que invitan a la exploración. Entre sus formaciones más emblemáticas se encuentran la Cueva de la Ramera, la Hoz del Alonjero y la propia Hoz de Beteta, ideales para los amantes del senderismo.

Es un santuario para rapaces como buitres y alimoches, y un lugar perfecto para la observación de aves. Además, Beteta alberga una gran variedad de lepidópteros, ofreciendo un espectáculo de colores.

En su flora, sobreviven especies de carácter eurosiberiano adaptadas a estas latitudes meridionales. Los tilos centenarios, olmos de montaña y avellanos ocupan los ambientes más umbrosos, mientras que los pinares son la especie dominante. Entre las especies más singulares destacan las plantas carnívoras, como las grasillas, que capturan insectos para suplementar sus nutrientes.

Este ecosistema único, con una biodiversidad excepcional, refleja la adaptación de la flora a un entorno de características singulares. Un paisaje natural que invita al descubrimiento y la admiración, y que ofrece una experiencia única para los visitantes