La Hoz del Alonjero o del río Cuevo, situada entre el embalse de la Tosca y el Balneario de Solán de Cabras, es un auténtico espectáculo natural. La acción erosiva del río Cuervo ha creado un profundo tajo que divide en dos la muela original, dejando al norte la Muela de San Cristóbal y al sur la Muela del Rebollar.
El principal motivo para llegar a este recóndito paraje es su impactante paisaje. Aquí, el terreno se caracteriza por paredones escarpados y formas de modelado kárstico, en cuyos huecos habitan, entre otros animales, los buitres leonados.
Esta impresionante hoz ofrece un paisaje sobrecogedor, donde se entrelazan formaciones geológicas de gran interés con un exuberante bosque eurosiberiano, formado por tilos, abedules y avellanos, que se mezcla con los pinares típicos de la sierra. En este ecosistema único, la flora y la fauna se funden, invitando a la exploración y a la contemplación. Formaciones icónicas como el Puntal de Sotonegro y la Cola del Potro completan un paisaje que invita a perderse en su grandeza.
La hoz del río Cuervo no solo deslumbra por su belleza natural; también es un lugar cargado de historia. En ella se alza el castro celtibérico del castillo de los Siete Condes y desde lo alto de la muela, se divisa la Cruz del Solán y la antigua senda real que conducía al Real Balneario de Solán de Cabras, añadiendo un toque histórico al entorno.