La plaza Mayor de Beteta, de planta cuadrada y grandes dimensiones para el tamaño de la villa, conserva perfectamente la mayor parte de sus edificios originales, lo que la convierte en una de las más hermosas plazas de la provincia de Cuenca.
El centro de la villa de Beteta se ubicaba originalmente en la actual plaza de la Iglesia. Desde allí se fue trasladando progresivamente hacia la Plaza Mayor, actual centro de la vida social de la localidad. Esta plaza ha sido testigo de siglos de vida cotidiana, celebraciones y eventos históricos, incluidas corridas de toros, que han dado forma al carácter de esta villa serrana.
La Plaza Mayor alberga algunas de las construcciones más importantes del municipio: el Ayuntamiento y el edificio más noble de la plaza, construido en 1886 para albergar las escuelas municipales. Tras el traslado del colegio a instalaciones más funcionales, las antiguas escuelas se han reconvertido en espacios para el ocio y la cultura. El antiguo horno de pan, del que se conserva su imponente chimenea, es hoy sede de la Biblioteca Municipal María Zambrano. Este edificio rinde homenaje a la filósofa, quien colaboró con las Misiones Pedagógicas de la Segunda República, las cuales trajeron educación y cultura a los rincones más apartados de España, incluyendo Beteta y El Tobar.
El elemento más característico de la plaza son las balconadas y soportales de madera, apoyados sobre pilares de sabina, una madera de gran dureza y resistencia a la pudrición. Estas estructuras son una joya arquitectónica del paisaje serrano. Su belleza y autenticidad las han convertido en el escenario perfecto para capturar, en fotografías y dibujos, el alma de esta plaza.
